Los primeros rayos del sol asomaban a través del cristal de la ventana e iban a dar sobre el rostro dormilón de Isobel. Con un bostezo que haría sonrojar de envidia a más de un león, la pequeña se desperezó, con cuidado, eso sí. porque el compartir este aposento con su hermana Meredith no les permitía muchos excesos espaciales; pero para su sorpresa le sobraba sitio y es más, lo que hace unas horas era una fría bandeja de plástico, ahora era un más que mullido sofá. Aún adormilada chupeteo sus patitas y se las pasó por el rostro, ya con los ojos bien abiertos sintió ganas de saltar y correr al contemplar que los barrotes que habían limitado su vida habían desaparecido, y ante ella y su hermana aparecía una habitación amplia y llena de sitios estupendos para esconderse y jugar.
Meredith se acercó, aún renqueante al borde del mueble donde habían despertado, y lo que vio desde allí le hizo llamar a su hermana con una alegría nunca conocida, porque bajo ellas se encontraban los que habían sido sus vecinos durante interminables meses, pero cómodamente instalados, algunos en acogedoras cunas, como eran el caso de Massamau y Maxim, por un lado y de Lucky y Chester por otro. O el soberbio Almendro y su inseparable Sombra que se encontraban correteando tras Zara y Mini en una sesión de juegos digna de ser contemplada, de hecho, Sr. Bigotes y Sargán estaban extasiados viendo las piruetas y cabriolas de los cuatro, tranquilamente instalados en un estante junto a la cerrada ventana.
Una lagrima surgió de los bellos ojos de Isobel al darse cuenta de que todos ellos habían encontrado un lugar que les permitiría actuar como auténticos felinos, que aquellos humanos que les salvaron del frio y los peligros de la calle les habían encontrado al menos una habitación que supliría la segura jaula que había sido su casa, pero jaula, al fin y al cabo.
De un salto llegó al estante donde tomaban el sol el travieso Sargan y el taciturno Sr. Bigotes. De lado, se fue acercando a este último y justo cuando llegaba a la altura de su rabo, le dio con la pata y salió disparada hacia la cuna donde se acicalaban los espectaculares Massamau y Maxim, perseguida, por un ahora sí, risueño Sr.Bigotes. En un instante todo fue una vorágine de carreras y saltos, un sinfín de juegos entre estos gatinos que estaban disfrutando como hasta ahora nunca lo habían hecho. Incluso los peques Mini y Zara se atrevían a lavar las orejotas de Almendro, mientras Sombra parecía perseguir un ratón imaginario acompañado por Chester.
Pasados varios minutos, agotados por tanta diversión cada pareja se fue instalando de nuevo a dormitar al solecito. Sombra se cobijaba bajo el cuerpo de Almendro, haciéndose hueco a base de empujoncitos;Maxim y Massamau quedaban abrazados dentro de su cuna, al igual que Lucky y Chester y Zara y Mini, a pesar de que éste último, aún parecía tener ganas de seguir la fiesta por como mordisqueaba el rabillo de su hermana, y finalmente,Sargan y Sr.Bigotes terminaban de asearse mutuamente. Con todas estas imágenes en mente Isobel se acurrucó junto a Meredith y lentamente el cansancio la pudo y sus párpados se cerraron, feliz de verdad por primera vez.
Al poco, un ruido metálico la sobresaltó, abrió los ojos y....OH NOOOO....el ruido era la puerta de su jaula abriéndose para su limpieza, todo ese paraíso que acababa de vivir había desaparecido, todo, absolutamente todo había sido un sueño, porque lo creáis o no...
LOS GATOS SUEÑAN.
Isobel y
Meredith ,
Sombra y
Almendro,
Zara y
Mini,
Chester y
Lucky, Sr.Bigotes y Sargan,
Maxim y
Massamau; todos ellos gatos de aspecto muy diferente pero con una historia común. Rescatados de una muerte casi cierta, y ahora, pasados varios meses siguen esperando sino una adopción, al menos una casa de acogida
CONVIERTE SU SUEÑO EN REALIDAD.SOLO TU PUEDES.
Isobel
Meredith
Sombra
Almendro
Zara 
Mini
Chester 
Lucky
Sr.Bigotes
Sargan
Maxim (Blanco y negro al fondo)
Massamau
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